Una propuesta para el desarrollo sexual integral
La sexualidad es una dimensión importante del ser humano que nos acompaña desde el nacimiento hasta el final de la vida. Sin embargo, es en la adolescencia cuando eclosiona por todo el desarrollo físico que acompaña esta etapa y sobre todo porque emerge el deseo. El adolescente vivirá experiencias que condicionarán su forma de relacionarse con esa parte de sí mismo. Experiencias que serán determinantes en la configuración de su sexualidad adulta, pudiendo ser una fuente de satisfacción y además de desarrollo, crecimiento y aprendizaje o por el contrario, de perturbación y desequilibrio. Por eso es importante acompañarles también en esto, con claridad, serenidad y consciencia. De no hacerlo nos tomarán la delantera competidores tan negativos como poderosos, como son los numerosos contenidos sobre sexo y pornografía al alcance de los menores en internet
Una propuesta para hacer ese acompañamiento es abordar la sexualidad como una dimensión global de la persona, multisensorial y abarcante. Aproximarse a ella a través de los cinco sentidos. Los sentidos y sus sensaciones nos ofrecen la magnífica posibilidad de desarrollar una sexualidad completa y rica, que trascienda lo genito céntrico y el coito como único canal y objeto. Los 5 sentidos como vía tanto de autoexploración como de inmersión en el otro, facilitan el desarrollo de una sexualidad consciente, porque a través de las sensaciones que nos regalan ejercitamos la Presencia, ya que suceden en ese preciso instante, nos anclan al aquí y ahora. Estamos presentes con lo que sucede y en conexión con el otro, en un baile armonioso de apertura y entrega con generosidad, a través de:
Olfato. Oler la particular esencia del otro y dejar que se activen emociones
Gusto. Degustarse a través de los besos, investigar en el sabor del otro, en sus texturas, su temperatura…
Tacto. La autoexploración de uno mismo y del otro a través de los centímetros y centímetros de piel que están dotados de múltiples receptores sensoriales, a través de los cuales reconocemos, exploramos, acariciamos…, sentimos.
Oído. Escuchar la voz del otro, experimentar sensaciones a través de la voz, investigar en cómo reverbera dentro. También compartir silencios como parte de la comunicación íntima. El silencio ayuda a amplificar otros sentidos: las sensaciones estallan en el silencio. Y por supuesto disfrutar de música juntos…
Vista. Mirarse a los ojos sin prisa y dejar que fluya el momento…..
… es tiempo de sentir.